Retiro anticipado Analogías

Aguascalientes, Febrero 17 (2023).- Estimado lector: Han transcurrido poco más de 45 días desde que inició 2023, es casi imperceptible la rapidez como transcurre el tiempo en las dinámicas de la actualidad. Por ende, no quise dejar pasar una temática que está en boga en las grandes naciones desarrolladas en aras de comenzar a hacer eco también en países de Latinoamérica. En esta ocasión hablaremos del retiro anticipado al conseguir la independencia financiera.

Es pregonado por todos los gurús de las finanzas personales, conseguir la independencia financiera (IF) es el fin máximo, supremo, que toda persona debería alcanzar. Un concepto aspiracional, motivador, incluso romántico, pero, ¿en realidad sabemos en qué consiste?, ¿somos conscientes de lo que tenemos que hacer para conseguirla?, ¿es realista llegar a ella antes de la edad actual de jubilación? Todas esas primeras cuestiones deben ser abordadas a detalle antes de siquiera imaginarnos debajo de una palmera  tomando mojitos en una paradisiaca playa del caribe. 

El acrónimo que se utiliza en países como Estados Unidos para dicho hito es, por sus siglas en inglés, FIRE (Finantial Independence Retire Early), traducido al castellano sería algo así como Retiro Anticipado por Independencia Financiera. Este movimiento es toda una tendencia en redes sociales en la vecina nación del norte. Lo que pretende es promover que los profesionales abandonen el mundo laboral a una edad muy temprana al conseguir la cantidad de dinero suficiente que les aporte derivado de sus ahorros e inversiones el mismo ingreso que percibían mientras eran parte de la fuerza laboral. Dicho de otra forma, que mediante la aplicación de conocimientos financieros puedan generar flujos de efectivo de forma pasiva que les brinde el mismo nivel de vida al que estaban acostumbrados durante sus épocas laborales. 

El planteamiento es bueno y realista pero requiere de mucho trabajo, sacrificio, autocontrol y enfoque para llegar a conseguirlo como está pensado. Pensemos en una persona que a los 15 años de ser parte de la fuerza laboral, pongamos 35 años de edad, ha conseguido ahorrar e invertir lo suficiente como para dejar de trabajar por dinero en lugar de continuar haciéndolo hasta los 65 como está diseñado el sistema tradicional de retiro. ¿Qué tuvo que pasar para que este todavía joven individuo llegue tan temprano a esta posición privilegiada? Básicamente que paso 15 años sujeto a régimen, a una dieta financiera estricta que lo hizo tener una condición y salud económica simplemente envidiable. 

A continuación te comparto los principios tan cual son expresados en el movimiento FIRE:

  1. Consigue más de una fuente de ingresos activos. Desde el comienzo de tu vida laboral, sea en la adolescencia o ya en tus veintes, es preciso que dediques largas jornadas laborales a la generación de dinero. Estás en la etapa de mayor energía y tienes toda la fortaleza para dar ese esfuerzo extra al tener más de un trabajo, ya sea que seas conductor de Uber o vendas artículos por plataformas de comercio electrónico, es necesario que te enfoques en producir dinero. 
  1. Ahorra más de la mitad de esos ingresos. Una vez que estés dentro del sector productivo formal, es necesario que tengas en cuenta que de poco sirve el tiempo que dedicas a crear el dinero si no conservas al menos la mitad de lo que pasa por tus manos. Es preciso que establezcas una filosofía de austeridad o frugalidad en tu día a día. No hay espacio para lujos o vivir de apariencias, es momento de conservar el fruto de tu trabajo, de otra forma estarás cada vez más lejos de ser independiente. Haz del ahorro un hábito cotidiano, algo que es practicado cada vez que un flujo de caja llama a tu cuenta bancaria. 
  1. Crea un fondo de emergencia. Los expertos señalan 3 a 6 meses de tus gastos mensuales para este concepto. La finalidad es tener un recurso disponible para eventualidades o imprevistos que puedan presentarse. Ojo, no todo suceso debe ser considerado como una emergencia, por lo que ten cuidado a que le asignas esta etiqueta. Por ejemplo: Averías de tu coche, de los electrodoméstico en casa, pérdida del empleo, pueden ser considerados dentro de este concepto de salidas de dinero. 
  1. Paga tus deudas cuanto antes. Las deudas convierten a quienes las poseen en esclavos del prestamista, no es solo una cuestión económica, también hay un componente emocional involucrado. Por ello, es necesario de que te embarques en deudas sanas, como la hipoteca de una vivienda, y no es las insanas, cual es el caso de las deudas al consumo por placer. Si ya tienes deudas contraídas, dedica una partida de tus ahorros para irlas saldando de la más pequeña a la más grande, de esta forma tendrás la motivación e inercia de que es posible dejar de cavar más profundo. 
  1. Invierte. Este rubro no es una opción sino una obligación. Nadie se ha vuelto solvente con el simple hábito del ahorro. Para poder soportar las subidas del costo de vida en el tiempo (inflación), es necesario estar invertido en instrumentos que al menos consideren esas subidas año con año. Si la inflación es del 8% y el rendimiento de tus inversiones es del 5% estás perdiendo poder adquisitivo a razón del 3% por año. Por ende necesitas buscar alternativas que estén acordes a este sentido. Los expertos recomiendan la diversificación en clases de activos al momento de invertir, los canales o medios para ello incluyen: deuda pública o privada (bonos), acciones de empresas públicas o privadas, fondos de inversión o fondos mutuos (alternativa de inversión administrada por expertos), ETF´S (conjunto de activos que cotiza en la bolsa de valores), bienes raíces, arte, joyas, commodities (petróleo, gas natural, oro, plata, maíz, arroz, carnes), divisas (euro, dólar, yen), cedes (certificados de depósito), cetes (certificados de la tesorería de la federación), crowdfunding (fondeo colectivo), entre otros.  
  1. Lleva un registro detallado de tus gastos. Este punto es el opuesto al primero, aquí hablamos de administración de los bienes generados. Se recomienda realizar un presupuesto mensual y al final de cada periodo observar si la proyección se cumple en base a hechos o no, para así hacer los cambios pertinentes. Si sabemos en qué se gasta, creamos conciencia y somos más propensos a modificar estas acciones en el tiempo. Considera que hay gastos indispensable para vivir como son el alimento, la vivienda y el transporte, pero también existen los no indispensables como las suscripciones a aplicaciones, el gimnasio, el café y las comidas fuera de casa. Así que si es necesario, recorta comenzando por aquellas partidas no indispensable y ajusta el tiempo que sea preciso para llegar a tu meta. 
  1. Analiza tus inversiones de forma periódica. Por lo general hazlo una vez al mes. Revisa tus estados de cuenta de cada activo en el que estés invertido. Valora su potencial pasado, presente y futuro, determina aumentar o disminuir participación de acuerdo a tu análisis. Te será útil hacer este ejercicio para apegarte a lo proyectado en cuanto a retornos y riesgo dispuesto a asumir se refiere.
  1. Calcula cuánto necesitas para vivir. Este punto varía con el tiempo. No es lo mismo cuando vivías con tus padres, que cuando te independices, cuando te cases y tengas hijos, las necesidades cambian dependiendo de la etapa en la que te encuentres. Por ello, es necesario el uso de un presupuesto, para saber qué necesitas en cada momento y cómo harás para conseguirlo y, llegado el momento, para cesar de laborar. 
  1. Recoge los frutos de todo tu esfuerzo. Al cabo de los años, si fuiste consistente, centrado y enfocado en la meta, deberías estar en la cúspide financiera, en la posición deseada de no necesitar más trabajar para vivir. Atrás dejaste esas largas jornadas laborales, esas pesadas deudas hipotecarias, ha valido cada paso y cada esfuerzo. Ya eres independiente financieramente hablado y es momento de pensar qué hacer con lo que sigue en tu vida. 
  1. Canaliza el recurso más importante del que dispones, tiempo, como así lo desees. Cuando se consigue el retiro temprano, no significa que es momento de pasar a la inactividad, de jugar al golf de sol a sol o de broncearse a diario en la plata. Aquí hablamos de hacer las cosas que a uno le gustan, de dejar el horario de oficina 9 a 5 por el que mejor nos acomode; de parar de perseguir el dinero en algo que no era satisfactorio, por un oficio u ocupación que sea más placentero, que llene las expectativas de dicha etapa. Por eso es importante la canalización del recurso o factor tiempo, porque es de lo que se dispone en este paso del camino. Hay quienes optan por continuar con sus estudios en un campo distinto al que se formaron, otros desarrollan una afición y la llevan al siguiente nivel, incluso quienes se unen a organizaciones no lucrativas para ayudar en las causas que apoyan, las alternativas son infinitas, y no contemplan inactividad, sino actividad por elección y no por obligación como lo fue en su momento el trabajo.