Tu casa es una empresa / Analogías

Aguascalientes, Enero 24 (2022).- Estimado lector: En esta ocasión quisiera abordar un tema poco explorado, pero de gran importancia para todos. Días pasados conversaba con un conocido, quien sacó el tema sobre la mesa. Me platicaba sobre cómo había aprendido a administrarse de tal forma que cada que comienza su mes ya tiene automatizada la operación de sus finanzas. Sus ingresos y egresos están perfectamente medidos, y por ende, puede hacer uso de las nuevas tecnologías para que cuadren con pesos y centavos. 

Comencemos por el inicio. El hogar, ese lugar añorado y que tantas connotaciones positivas nos evoca. Es en ese espacio en que suceden una serie de circunstancias, día a día, mes a mes. Ahí se llevan a cabo procesos como los de una empresa, hay compras, producción y calidad; también hay finanzas, administración y contabilidad. Tal vez no lo habías pensado así, pero en el fondo la casa no dista tanto de la empresa en la que laboras. 

Comencemos por el lado de los ingresos. Ahí es donde se nutre el hogar desde el punto de vista económico. Todas las entradas de capital que aportan uno o varios de los integrantes de la familia. De ahí es que se traza el presupuesto para calcular hasta dónde se puede contar para hacer frente a la segunda columna, los gastos. Todas aquellas erogaciones que se generan en lo particular o en colectivo. Suelen ser en mayores en proporción éstos últimos. Generalmente se tienen ingresos por medio del sueldo o salario, siendo que en materia de gastos la lista es larga y tupida.

En una empresa se busca generar rentabilidad o utilidad, se consigue con una resta, a las ventas le disminuyo los costos y gastos, si el resultado es positivo se dice que se gana dinero. De la misma forma pasa en casa. A los ingresos le restamos los gastos del hogar, así si al final del mes el resultado es positivo, significa que estamos siendo eficientes en el manejo de los recursos familiares, de lo contrario, estamos malgastando y quizás tirando del dinero de otros, ya sean créditos personales, tarjetas de créditos, préstamos familiares, etc. 

La lectura es clara, no importa lo que ingreses, lo que hace la diferencia es lo que te quede después de gastar. Lo mismo sucede en una empresa, con independencia de cuanto facture, si sus costos y gastos superan la operación se dice que está en pérdidas o números rojos. De ahí la trascendencia de ser mesurados, frugales y analíticos. 

En casa se puede conseguir la eficiencia. Hay formas de ahorrar al invertir, por ejemplo, si los recibos de gas y electricidad son costosos, se puede recurrir a la alternativa solar. Así, con péneles solares y fotovoltaicos en dos o tres años hemos recuperado la inversión, a partir de entonces, nuestro bolsillo notará el ahorro significativo con el paso del tiempo. Comer fuera de casa, en el trabajo, suele ser caro si no tenemos la prestación de alimentos, por ende es recomendable llevar los alimentos desde el hogar, así ahorraremos una suma considerable al término de la quincena. ¿Qué decir del café de camino? De nueva cuenta, se puede buscar un sustituto para ello, o tomarlo pero de vez en cuando solamente. 

Ten en cuenta que eres el dueño de cada peso que pasa por tus manos, tú decides el destino que le das a ese recursos. Puedes emplearlo en hábitos saludables o no, puedes destinarlo al ahorro y la inversión, incluso puedes lapidarlo en un fin de semana de compras compulsivas, de antro con los amigos, la lista es larga.

Ya lo asevera el mítico Robert Kiyosaki en su best seller “Padre rico, padre pobre”: La riqueza no se mide en cantidad económica, sino en tiempo, en el número de días, semanas o meses que podemos pasar. sin trabajar”. Al final del día cuando hablamos de libertad financiera, nos referimos al escenario idóneo de vivir de ingresos pasivos, de que las inversiones en activos y sus frutos sean mayores que los que se deriven de nuestra actividad principal. 

Por su parte, el exmandatario Uruguayo, José Mujica, en una entrevista se refiere a “la plata” como un medio, un recurso que solo es medible y entendible cuando se contrasta con el factor tiempo. Cada vez que hacemos un gasto tenemos que pensar en que adquirimos un bien o servicio no con “plata” sino con tiempo, puesto que es lo que tuvimos que otorgar a cambio de esa “plata”. Así, recuerda que el recurso más importante e irrevocable del que todos disponemos es ese, el tiempo. 

¿Y tú, cuánto te falta para llegar a ese objetivo? ¿Estás en el camino para salir de la rutina laboral o carrera de la rata?