Opiniones 

Frugalidad, ¿moda o necesidad actual?… / Analogías

Aguascalientes, Diciembre 13 (2021).- No hay dignidad tan impresionante, ni independencia tan importante, como vivir dentro de tus posibilidades. Calvin Coolidge

Si eres una persona prudente, que no desperdicia y tampoco vive en la extravagancia, posees todas las cualidades indispensables para ser considerado como un ser «frugal». Dicha terminología pareciera ser moderna, pero no lo es. Se remonta a decenas de años atrás, incluso a dos o tres generaciones anteriores a la nuestra.

Sin tener pleno conocimiento de ello, nuestros antepasados aplicaban un estilo de vida sencillo, por debajo de sus medios. Tal vez eran las circunstancias, debido a que por norma eran los hombres quiénes proveían de recursos a los integrantes de su numerosa familia. Sin embargo, la administración de los dineros era, y en muchos casos sigue siendo, competencia femenina.

Si tenemos en casa a una mujer gastosa y mal administrada, lo mas probable es que nos lleve a la quiebra financiera en pocos años. La frugalidad se vive en pareja, y es gracias a que ambos integrantes conviven con dicha ideología, el que puedan, al cabo del tiempo, conseguir la deseada independencia financiera.

Por lo anterior, de poco serviría recibir consejos si no son adoptados por las dos cabezas de la familia, para posteriormente ser trasladados a los descendientes directos.

Desafortunadamente descubrí tarde las recomendaciones fundamentales para aspirar a la prosperidad y la abundancia. ¿Qué hubiera dado por saberlo hace 20 años? Mi padre desde pequeños nos enseñó a trabajar y ganar dinero, pero nunca nos dijo cómo administrarlo eficientemente.

He tocado fondo en repetidas ocasiones, y todo ha sido por no aplicar sencillos hábitos de vida como consumidor responsable.

Son varios años ya los que he practicado lo aprendido, y me he dado cuenta de que es posible conseguirlo, siempre y cuando exista la voluntad y la fortaleza para ello. No hablo de privarse de cosas, tampoco de ser un tacaño en potencia. Se trata de disfrutar con sabiduría, sin emociones, ni apariencias de por medio. Saber diferenciar los deseos de las necesidades verdaderas. De construir sólidos cimientos cuyos frutos apreciaremos con el paso del tiempo.

Por lo anterior, a continuación te comparto 10 principios frugales por excelencia, espero los apliques en tu vida económica financiera y me cuentes los logros obtenidos:

1.- Ahorra primero, gasta después. Muchos de nosotros actuamos por impulso, sin razonamiento en cuanto a dinero se refiere. Es prácticamente imposible llegar a hacernos de un patrimonio si anteponemos el consumo al ahorro y la inversión. Expertos debaten acerca del porcentaje mensual idóneo que debemos destinar a dichos conceptos, lo cierto es que dependerá de muchas circunstancias: edad, estado civil, número de descendientes, metas económicas, nivel de endeudamiento adquirido, imprevistos, entre otros. Lo recomendable es iniciar con una pequeña porción, digamos un 2% o 3% sobre tus ingresos netos. Al inicio te costará separar dicha cuantía, te surgirán «emergencias» e «imprevistos», pero no desfallezcas, continúa. Una vez hayas adaptado tu estilo de vida a dicho factor percentil, ve subiendo el listón paulatinamente. Se estima que la clase media alta logra separar un 10% cada mes, mientras que el estrato alto y muy alto lo hace con el 15% y hasta 20%.

2.- Destruye tus plásticos de crédito. Puede parecer una locura, despegarte de aquel preciado «instrumento» que de tantos problemas te ha librado con los años. Diversos estudios revelan que psicológicamente tenemos una mayor propensión a gastar más cuando lo hacemos mediante instrumentos de crédito. La sensibilidad es mucho menor que sí hiciésemos un desembolso en efectivo. A lo anterior debemos agregarle los costos asociados por utilizar el dinero de alguien más. La cuota anual, los intereses moratorios y demás directamente relacionados. Seas o no un cliente «totalero» es tiempo de cambiar la forma de financiarte. Se puede pasar de los recursos de un tercero a los propios, tal vez no de inmediato, tomará meses, incluso años, pero es realizable totalmente.

3.- Casa a la medida. Entramos en la mayor inversión que posiblemente realizarás en toda tu vida. Adquirir una vivienda, formar ese patrimonio tan anhelado. La mayoría de los mortales recurrimos a una hipoteca para financiar la adquisición. El porcentaje de financiación va en proporción a nuestros ahorros previos, y por supuesto, el valor del inmueble. Es muy importante hacer las cuentas antes de «casarnos» con el banco. Si nos encontramos en un trabajo estable, y estimamos que mantendremos nuestros ingresos a lo largo de los años, es una clara señal de seguir avante. Por el contrario, si caminamos sobre la cuerda floja de la inseguridad laboral, será mejor que dejemos la emoción para otro momento. Muchas personas han tenido que entregar al banco las llaves de su casa por quedarse sin trabajo. Nunca te metas en plazos muy largos, tampoco adquieras un inmueble que supere tus capacidades económicas.

4.- Realiza más actividades en casa. Sé de muchos que optan, debido al tiempo o la facilidad que brinda, de subcontratar servicios con terceros que bien pudieran realizar por sí mismos. Lavar, planchar y cocinar son unas de las facetas que ejemplifican lo anterior. ¿Qué te parece el café rumbo al trabajo? Otro caso cotidiano que nos resta y merma día a día. Te invito a que anotes cada rubro mencionado con pesos y centavos. ¡Sorpresa!

5.- Revisa tus servicios básicos. En los tiempos que corren, el tener una compañía que nos provea de telefonía fija, cable e internet es cada vez mas inusual. Si tus necesidades son únicamente de internet, puede que cancelando los otros dos servicios que no necesites te ahorres un buen dinero, cerca del 50% al 70% aproximadamente.

6.- En forma, pero sin cuota. ¿Qué podemos decir de las abonos mensuales en un gimnasio? Al iniciar el año es bastante frecuente observar el número de inscritos en uno, pero, ¿en realidad se mantienen en activo el resto de año? Puede que por obtener una mejor tarifa hayas hecho un desembolso semestral o anual, entonces dejas de ir. Estás desperdiciando recursos en algo que no le estás sacas provecho. Puedes probar con correr por el parque y ejercitarte al aire libre, y lo mejor, sin pagar un sólo peso.

7.- Transportación. Es un hecho que al menos 5 de 7 días te debes desplazar, ya sea por motivos laborales o académicos. Lo anterior te lleva a plantearte la adquisición de un vehículo. Antes de entrar en ello, te animo a que analices si el transporte público en tu zona de residencia cumpliría la función. Si la respuesta es favorable, enhorabuena, de lo contrario, y al igual que con una vivienda, hecha las cuentas de forma pormenorizada. Un coche es un gasto continuo y una mala inversión desde la óptica financiera. No adquieras compromisos superiores a tus posibilidades de pago solamente por darte aires de importancia y querer impresionar a propios y a extraños.

8.- Elimina las marcas de lujo de tu vocabulario. Ayer leía un «hashtag» acerca de los fresas. En uno de ellos se hacía mención a las señoritas que llevan un bolso de diseñador tipo Louis Vuitton, pero beben bacardí blanco en el antro. Algo totalmente incongruente. No soy partidario de la piratería, por lo que tampoco sugiero que adquieras una imitación. De lo que hablamos aquí es consumir en base a tus recursos y capacidades. Al igual que un vehículo, las prendas de ropa y demás accesorios son una mala inversión ya que su valor suele perderse nada más salir de la tienda. Lo anterior sin contar el tiempo de vida útil, el cual es cada vez menor.

9.- Realiza compras inteligentes. Un consejo que no falla es el de comparar por anticipado lo que requieres. Busca ese bien en al menos tres lugares distintos, anota el precio de venta y entonces realiza la acción de compra. He sido testigo de engaños en cuanto a la variación de precios se refiere, hay bienes o servicios que aún siendo exactamente lo mismo te pueden salir infinitamente más barato que en otro lugar.

10.- No todo son rebajas. Existe algún mecanismo en nuestra mente que al ver las etiquetas en rojo con el signo de «rebajas» hace que se active el deseo de tenerlo y de inmediato. Si bien es cierto, hay temporadas durante el año en que las cosas suelen bajar de precio, también lo es el hecho de que no todo es necesariamente imprescindible. ¿Cuántas veces te has comprado algo solamente porque estaba en oferta? Como compradores responsables, debemos dejar de lado las emociones, y analizar con la razón nuestras verdaderas necesidades. No hagamos la transacción por moda, por aceptación, u otro de índole afectivo.

Espero tomes de guía los principios anteriores en ánimos de mejor tu nivel de ahorro y posterior inversión.

La Opinión de: César Omar Ramírez de León. Empresario, Consultor en Finanzas Personales e Inversionista en el Mercado de Capitales.