Daniel Cosío Villegas y la oratoria / La columna J

Estimado lector de este reconocido medio, en esta ocasión menciono un intelectual y su vínculo con la oratoria. Para que se pueda impulsar la intervención y el estudio que se expresa, es necesario plantear una reseña objetiva entre la asignatura y su influencia en las competencias argumentativas. A grandes rasgos este apartado refiere que, como anticipa la pregunta central de esta investigación, los tiempos modernos han permitido el avance de la tecnología y de las herramientas de estudio, tal para poder plasmar de manera objetiva y concisa una propuesta que represente una alternativa para los alumnos universitarios.

Existen grandes áreas de oportunidad dentro del campo de la educación, específicamente en las nuevas generaciones, al mismo tiempo se dilucida una distancia considerable entre el gusto por la oratoria y su aplicación en la vida cotidiana.

 Daniel Cosió Villegas

Daniel Cosío Villegas es uno de los mexicanos que más ha destacado como una figura moral, tanto en la percepción económica, como lo su aportación en el campo de la investigación económica, siempre caracterizado por el fortalecimiento de las instituciones y en la creación constante de conciencia por parte de la sociedad. Siempre caracterizado por ser un hombre moderno y contemporáneo. Tenía un gusto peculiar por la oratoria, expresaba que “la historia siempre debe de ser narrada por un orador, pues de lo contrario se arrancaría una parte esencial de la prosapia extendida.

En la relación histórica que dejo sobre los procesos políticos por los que ha pasado el país, hace hincapié en que los discursos no le alcanzarían para expresar lo más sublime de nuestra historia. Centraba su análisis retorico de los políticos y de los principales líderes nacionales en sus ponencias, de tal modo que él tenía una clasificación para determinar el tipo de perfil de con base a sus oratorias.

De manera particular coincido con algunos postulados del intelectual mexicano, Daniel Cosío Villegas, el ser humano puede llegar a tener diversos puntos de análisis a partir de como comunica un mensaje determinada persona. La esencia de liderazgo promueve una persuasión directa sobre un público en específico. Diversos especialistas como Yago de Martha, argumentan que el cuerpo es un estado de expresión mientas se diserta un mensaje, se puede lograr palpar la seguridad de una persona, el conocimiento de un tema, incluso se puede lograr apreciar aspectos sobre higiene personal, estética y del mismo modo la utilización de competencias argumentativas para poder sostener un mensaje coherente y dilucidado.

Es fundamental y de vital importancia, visualizar como un personaje de elevada magnitud intelectual, tenía un respeto y una consideración especial, por la oratoria. Es decir, la oratoria jugaba un papel traducido en un elemento de victoria o de fracaso, de elevada atención o de una disminución intelectual. La oratoria era una investigación proclamada en las palabras, sustentada con la ciencia y expresada con la emoción evocada por la retórica. En la actualidad, difícilmente vemos a los jóvenes participar en las máximas tribunas, peor aún, rara vez vemos a los ostentados líderes, dirigirse con elocuencia y emotividad ante sus auditorías.

No se trata, como dice Bernard Shaw, de llamar la atención del pueblo, sino de cortejar a un presidente que en realidad es rey, en la política hay una gran ausencia de intelectuales, por lo tanto, es intriga sin realidad y no confrontación abierta de soluciones divergentes a los problemas nacionales, la política necesita las armas de los intelectuales que siempre son las ideas y los valores del alma, que son las que pueden convencer y motivar sin la esencia de la imposición.

Sin embargo, existe un panorama desalentador para el intelectual, ya que su presencia en cualquier medio puede resultar engañosa o poco valorada, la verdad es que hoy por hoy todo o casi todo le es adverso.

In silentio mei verba, la palabra es poder.

Roberto Valdés Ahumada