9 de cada 10 incendios son imprudencia humana

Aguascalientes, Mayo 02 (2017).-En el 95% de los incendios que tiene registrados la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y que han afectado zonas boscosas, sierras o predios rurales, hay intervención directa o involuntaria de los humanos, que no toman las debidas precauciones al momento de pasear o acampar, manifestó el delegado de la dependencia federal, Martín Chávez del Bosque.

Esto es lo que ocurrió en las tres últimas conflagraciones que se han registrado en la entidad –los cerros del Muerto en dos ocasiones y El Laurel, así como en el de Los Gallos en la parte que corresponde a Encarnación de Díaz- y en donde según estimaciones del funcionario federal, hasta ayer por la mañana pudieran ser mil 200 hectáreas las afectadas.

Aclaró que no se puede tener una cantidad precisa de hectáreas dañadas sino hasta que se logre el control del incendio que se esperaba quedara concluido ayer por la noche, pues las cifras que se dieran a conocer previo a esto serían meras especulaciones, ya que la medición precisa se hace por GPS que portan los brigadistas.

Empero los daños que a su paso se encontró son de pastizales, matorrales, árboles y arbustos. Y si bien él aceptó que se trata de un incendio de mayor magnitud en comparación con el ocurrido la semana pasada en el del Muerto, el Secretario de Medio Ambiente del Estado, Julio César Medina Delgado aseguró que los daños serían de apenas unas 700 hectáreas.

No obstante, esta cantidad, que es la mitad estimada por el de la CONAFOR puso en tela de duda a quienes tienen propiedades a las faldas del cerro de Los Gallos, en donde reportaron pérdidas en sus cabañas y que al conocer el lugar, mencionaron que cabe la posibilidad que sea superior a las mil 500 hectáreas, en espera del conteo final.

Chávez del Bosque comentó que el fuego en el cerro de Los Gallos se propagó rápidamente porque el terreno además lo permitió, ya que en este lugar hace varios años que no llueve y por tanto predomina el material flamable como son hojas, pasto seco y ramas de árboles secas, y al haber poca humedad la conflagración se propagó.