Ordeñan limosnas en parroquias: Cuellar

Aguascalientes, Febrero 24 (2014).- El Coordinador del Tercer Sínodo Diocesano, Monseñor, Ricardo Cuellar Romo, declaró en un gesto de honestidad que “los sacerdotes no estamos exentos de pecados, limitaciones y de tentaciones”, esto, al ser cuestionado sobre las ordeñas que hacen de las limosnas antes de la entrega que hacen producto de limosnas o colectas.

Reconoció que derivado de los recursos que obtienen las parroquias “nunca falta aquel clérigo que no entrega completo el dinero recibido”. Cuellar Romo la mentó que se haga esta práctica a pesar de que el reglamento interior es muy claro “el sacerdote no puede hacer uso del dinero que recibe de las limosnas a su arbitrio, porque es administrador, no dueño, y yo tengo que administrar de acuerdo a las normas y con un altísimo sentido de responsabilidad, de justicia”, subrayó.

“Dicen que no hay justo frente a las arcas abiertas, no hay santo frente a las arcas abiertas, y tenemos que administrarlo, porque recibimos, por decir así, las limosnas sin ir a otro lado”, añadió.

Ejemplificó que en aquellos casos que los religiosos no reportan íntegramente el dinero que se percibe vía las colectas o limosnas, es algo similar a que si se estuviese hurtando a la propia iglesia católica, “un dinero que no es mío y yo lo uso para mis fines se llama robo”, sentenció el entrevistado.

Cuéllar Romo enunció que “está mandando con una carta el señor obispo que la colecta del seminario el día veintitantos de febrero en todos los templos se haga una, en todos los templos, y que integra se entregue al seminario. A ver cuántos lo hacemos”.

En tema aparte pero relacionado con la religión católica, Monseñor hizo un llamado a los curas para que mejoren su apariencia toda vez que señaló “hay quienes se visten con tales fachas que hasta parecen carniceros”.

En muchas diócesis, y aquí en México enfatizó, la misma Santa Sede dejó libertad a la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) para que cada sacerdote en sus respectivas diócesis, regule el tipo de vestimenta, porque “en algunos lugares, donde hace calor de 40 y hasta 50 grados, esto no es posible, pero que anden con algún signo y decentemente vestidos, y no que traigan una camiseta que parecen carniceros o celebrando misa con tenis de basquetbol”.

Fue reiterativo al señalar que la austeridad debe ser un distintivo también sacerdotal, así como el no usar vehículos ostentosos, escandaloso para una sacerdote, “tampoco deben de andar en carros que den lástima, porque los dejan tirados o por andar en carros con llantas todas viejas se matan en la carretera”, ejemplificó.