2018 a la vista / Vale al Paraíso
La rutina, la ambición, la superficialidad y el disfrute de los bienes, forman parte del ensamble cotidiano. Se atiende con esmero el universo material, pero abandonamos las diminutas balsas que nos pueden llevar a la razonable felicidad terrenal.
Un mundo confuso, incierto, estresante y convulsionado por la inseguridad pública y precaria economía individual y familiar, dificulta la observancia de aspectos primarios, empezando por la muy rentable concentración.
La mente está en todo, menos en misa. Corre. Vuela. Acelera. Se considera una especie de multifuncional pero termina siendo un verdadero desastre emocional, porque se dispersa en el cosmos de los artilugios de la posmodernidad y los infinitos asuntos a resolver en el trabajo y en el hogar, propiciando resultados desastrosos.
El uso de los cinco sentidos en el aquí y ahora, ayudaría a tener menos broncas y más tranquilidad.
Hace 13 años, en 2005, el prestigiado periodista norteamericano Walter Isaacson publicó una nueva biografía de Benjamín Franklin, donde recuerda que el prócer norteamericano, a sus 79 años, seguía escribiendo con sabiduría de lo que llamó “la perfección moral”, compuesta de trece virtudes para llevar una vida armoniosa, quizá alcanzable, en estos aciagos tiempos: templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, productividad, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, humildad y castidad.
Académicos norteamericanos e ingleses, disientes de la última virtud, al encontrar que la frecuente actividad sexual produce, desde el punto de vista emocional y psicológico, los mismos niveles de felicidad que un incremento salarial de 600 mil pesos, pero además, aumenta las caras de satisfacción.
Eleva los índices de inmunidad. Disminuye los riesgos de cáncer de mama y próstata. Combate el estrés. Y quema las calorías que los amorosos dispongan en el apasionado encuentro.
El resto de las recomendaciones del padre fundador de Estados Unidos es posible aplicarla cuando se aceptan debilidades y se reconocen fortalezas, para capitalizar fracasos y construir futuros exitosos, con el fin cultivar el bienestar interior, el amor y la generosidad suficientes, que permitan combatir el desasosiego, el odio y la avaricia.
La vida es única e irrepetible, Vale al Paraíso recordarlo en 2018.
Porque alguien debe de escribirlo: El tiempo confirmó lo que en este espacio anticipé el 14 de noviembre de Manuel Appendini Carrera, al asumir la jefatura de prensa estatal de Aguascalientes.
Es notorio el escaso interés mostrado para subsanar su nula experiencia y recorrer la curva de aprendizaje, con una alta dosis de sentido común, presencia institucional y digna atención a los representantes de los informativos.
Se aísla. Está guardado en su zona de confort. Me recuerda al Espíritu Santo, siempre invocado pero nunca visto. Apaga el celular o no lo contesta. Menos devuelve llamadas telefónicas. Tampoco conversa por WhatsApp.
Disfruta la semana inglesa, los días festivos y fines de semana largos. Olvida que el importante encargo demanda tiempo completo, el famoso 24/7, sin importar su ubicación terrenal. Las relaciones públicas, uno de los cuatro pilares de la comunicación social, no es lo suyo, nunca ha sido.
Tres ejemplos muestran el abandono y la mala calidad de su trabajo:
Convierte al gobernador Martín Orozco Sandoval en un molino de viento para abordar los temas que importan a la comunidad —el cambio de placas, con todas sus puntiagudas aristas, es el ejemplo vigente—, ocasionándole un desgaste innecesario en asuntos que bien pudiera ilustrar, complementar y aclarar; “lo que gobierno quiso decir”, tampoco forma parte de su Biblia informativa.
Mientras su oficina mandó a los informativos 537 boletines de prensa en 12 meses, su homologa municipal, a cargo del incansable Enrique Kike de la Torre, remitió 698 en 12 meses. La diferencia de 161 es implacable, sin considerar el biafrano contenido de los primeros. O en el palacio menor se trabaja a toda velocidad, o la actividad del gobierno estatal no se refleja en la competitividad de la Coordinación de Comunicación Social estatal, que tiene a su cargo, supuestamente, las tareas institucionales de difusión, información, prensa y “proyectos” (?).
La opacidad envuelta en irresponsabilidad, llega al extremo de omitir algunos boletines de prensa en la página web del gobierno estatal, como se observa en la gráfica que muestro al final de esta colaboración: del número 537 (28/12/2017) se brinca al 543 (03/01/2018).
Es un reportero respetado, nadie lo discute; pero el desarrollo de su mediana vida profesional no se ha forjado en la comunicación social, el servicio público, los amarres de alianzas, la construcción de acuerdo en los telares de los mutuos compromisos y la conservación de las amistades de su jefe.
El ejercicio del poder público genera fricciones. Appendini Carrera no se distingue en la difícil tarea de limar filosas asperezas, que más bien provocó durante el implacable ejercicio profesional en Proceso, MVS Aguascalientes, Reforma y AM de León, donde publicó La Red de los Moches, que le mereció el premio alemán de periodismo Walter Reuter, en diciembre de 2014.
Las urgentes respuestas a las demandas ciudadanas exigen funcionarios públicos preparados, especialistas en la materia, además de capaces y talentosos; no son tiempos de todológos o improvisados.
marigra1954@gmail.com