Opiniones Portada rotador 

De la nueva cronista al estrenado jefe de prensa / Vale al Paraíso

En el GYM de la política, Elsa Amabel Landín Olivares, diputada por el PRI, corre, vuela y se acelera:

Personificando a la Corregidora de Querétaro acude al hotel Quinta Real para participar en la peregrinación de los longevos insurrectos que se opuso a la llegada de Enrique Juárez Ramírez a la presidencia del PRI Aguascalientes, aunque en nombre de la simulada “unidad”, los gruperos recularon, arriaron banderas, y se convirtieron en los mansos corderitos que no quitarán los pecados del mundo tricolor.

Estampa su firma en el documento que los sexagenarios del RBD entregaron al Presidente del CEN del PRI, para formalizar su inconformidad, según le enteró Augusto Gómez Villanueva a Héctor Hugo Olivares Ventura, su tío.
Busca reelegirse en su latifundio, el Distrito XII.

Impugna en el Trife al Código Electoral estatal, porque quiere hacer campaña reeleccionista y cobrar la robusta dieta de diputada, todo al mismo tiempo.

Hace pública su aspiración para obtener la candidatura del Senado; le tira a todo lo que se mueve.

Y se erige en la historiadora del tricolor al mencionar los nombres de sus correligionarios que supuestamente han dejado de participar, desde hace varias décadas, en las campañas electorales tricolores.

Sobre esta última tarea está claro que antes de haber sido anotada —el 10 de enero de 1972, en el libro número 01 foja 00059, por el entonces oficial 101 del Registro Civil de Aguascalientes Teodoro Medina Mosqueda—, sus estimados
padres la llevaron a las oficinas del PRI para inscribirla como fanática del tricolor y recibir la credencial con la fotografía tamaño infantil.

A las 21.15 horas del próximo 25 de diciembre, Elsa Amabel cumplirá 46 años de edad. Si se considera que al día siguiente del quinceañero baile, hace 31 años, inició su participación en la política, a través del desaparecido
Movimiento Estatal de la Juventud Revolucionaria, entonces esto quiere decir que está preparada para fungir como cronista de las campañas de los últimos cinco candidatos del PRI al gobierno de Aguascalientes, de 1992 a 2016.

El excesivo ejercicio en el GYM le está generando a Landín Olivares una aguda pérdida de memoria, al señalar que a uno de los cinco candidatos —por cierto, sobrado triunfador—, nunca lo vio “trabajar para el PRI”.

Hace días reconoció que tiene “20 años trabajando en el PRI”, pero en la autobiografía sí autorizada (su hoja curricular, pues) manifiesta que su militancia en el tricolor data “desde 1990”; la contradicción es evidente: hay
siete años de diferencia entre una versión y otra, afirma Pitágoras.

Coda: Manuel Appendini Carrera es el nuevo jefe de prensa del gobierno estatal de Aguascalientes. Carga en la mochila que le acompañaba en sus recorridos citadinos una buena fama pública, pero es notoria su falta de experiencia en el servicio público, particularmente, en las áreas de comunicación social; aunque, eso sí, conoce las cañerías por donde fluye la relación del gobierno con los medios informativos y sus colaboradores.

La aceptación del nombramiento me recuerda al borracho que quiso ser cantinero sin pasar por los Alcohólicos Anónimos. Transitar del periodismo serio, riguroso, crítico y feroz en grado superlativo, a las antípodas de la alabanza gubernamental y la propaganda ficción, es como dar un salto al vacío.

Appendini ejerció pulcramente el oficio periodístico en las cavernas de la investigación. Las páginas de transparencia de los Poderes Ejecutivo y Legislativo están plagadas de solicitudes firmadas por él, para desnudar a los ladrones, exhibir a los corruptos, mostrar a los opacos y exponer a los derrochadores, empezando por aquellos que ocultan el gasto del gobierno en materia de difusión, los nombres de los proveedores beneficiados y los montos entregados a cada uno de ellos; la oficina de prensa estatal deriva contratos de publicidad al IEA, ISSEA, Fideicomisos y demás instituciones, para fragmentar el cuantioso egreso total en comunicación social.

¿El recién designado logrará superar, o por lo menos igualar, la imagen del gobernador, a la de la alcaldesa de Aguascalientes, que está ubicada en la Acrópolis de la popularidad?

¿Soportará las críticas al régimen sin amedrentar a las plumas independientes; los combatirá como él fue reprimido por diversas administraciones, tanto panistas como priistas?

¿En notorio conflicto de interés continuará beneficiado con el dinero del contribuyente a la revista que dirige desde hace dos años, y traficará con su influencia para que los municipios, empezando por el de la capital, contraten los servicios de la publicación en 2018?

¿Será capaz de conjuntar a colaboradores profesionales a su alrededor?

¿Mantendrá a la mayoría de los jefecillos de prensa inútiles en las dependencias del gobierno estatal?

El tiempo dirá si Manuel Appendini mantiene la congruencia desde un ejercicio moderno, eficaz, decente y transparente del servicio público, o será un caso más del ineficiente trabajo, de la doble moral, de la mañosa redición de cuentas y del dispendo del dinero entregado por el pagano de impuestos, sin analizar el costo-beneficio para la comunidad de cada peso gastado.

marigra1954@gmail.com