Opiniones Portada rotador 

El conflicto magisterial como efecto de la manipulación de la reforma educativa

Con motivo de la presentación del nuevo Modelo Educativo, el día 20 de julio, podemos comprobar ya, como un ejemplo más del Gobierno del Presidente Enrique Peña, la forma burda como llevan a cabo las políticas públicas, en este caso, la educativa. El sentido profesional de gobernar queda en duda, para dar paso a la observación de la manipulación caprichosa, y hasta irracional en algunos casos, de asuntos que son de primera importancia y urgencia para nuestro país.

Es también la ocasión para comprobar que una forma de hacer gobierno, como la que hace la Administración Peña con secretarios como Aurelio Nuño y su grupo de subsecretarios, en lugar de estar resolviendo problemas, los están incrementando, haciendo perder tiempo a la sociedad mexicana para poder arribar al señalado progreso para todos. Queda claro que la aplicación manipulada de la reforma educativa ha tenido como efecto, de manera inútil y gratuita – pudiéndose haber evitado-, el conflicto y la confrontación con el magisterio disidente (son funcionarios que nos dicen que sí tienen visión de Estado y que sí saben gobernar).

¿Por qué hablar de manipulación? Tomemos el ejemplo del nuevo Modelo Educativo: en la reunión que sostuvo Nuño con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, (para contrarrestar los fuertes efectos de las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, y mostrar disposición al diálogo), expresó que se corregirá la evaluación magisterial –“para mejorarla, para hacerla más justa, pertinente y mucho más útil”-, y ofreció que en un plazo de 45 días presentaría el rediseño de las pruebas docentes (Excélsior, 14 julio) (Significa que lo que no fue capaz de aceptar y responder a la CNTE -abriendo cauce a la distensión-, sí lo hizo con el SNTE).

¿Qué circunstancia encontramos en el nuevo Modelo Educativo? De entrada, es un documento que se presenta como completo y terminado: en el comunicado 323 de la SEP, informaron que los documentos presentados junto con el Modelo Educativo 2016 (Los Fines de la Educación y la Propuesta Curricular para la Educación Obligatoria 2016), “están basados en los 18 foros regionales y 3 nacionales efectuados en 2014, con 28 mil propuestas, para preparar el proyecto de los nuevos planes y programas de estudio”.

Sin embargo, en la misma ocasión de manera sorprendente, “El secretario de Educación Pública expresó que con la presentación de estos tres documentos se da inicio a un amplio proceso de análisis, discusión y debate sobre el nuevo Modelo Educativo del siglo XXI, e incluirá a toda la sociedad que decida participar. Los foros iniciarán la semana próxima, en reunión con la Conago, en la sede de la SEP, y se ampliará semanalmente el proceso de análisis al 29 de agosto. Y luego se prepararán las propuestas definitivas y los nuevos libros de texto, materiales educativos, los planes y programas, e iniciar la capacitación del magisterio, para que conozca a detalle las propuestas, explicó” (Modelo que iniciará su aplicación hasta 2018).

O sea que, los documentos generados, de manera seria, por los participantes en 2014 en los 18 foros regionales y 3 nacionales, para definir el nuevo modelo educativo, ¿ahora la SEP los toma como preliminares para otros nuevos foros de consulta? Esta mecánica de trabajo gubernamental no la podemos pasar por alto, ya que indica poco profesionalismo y seriedad, además de falta de respeto a los participantes y desperdicio de recursos públicos.

Otro elemento oportuno para detectar la manipulación de la reforma educativa, es la revisión de la Ley General del Servicio Profesional Docente. Como ejemplo de la función que tienen las llamadas leyes secundarias en la especificación de los trabajos que deben realizar los funcionarios de las dependencias que son reguladas por ellas, tomemos el “Artículo 7. En materia del Servicio Profesional Docente, para la Educación Básica y Media Superior, corresponden al Instituto (Nacional para la Evaluación de la Educación) las atribuciones siguientes:

I. Definir los procesos de evaluación a que se refiere esta Ley y demás disposiciones aplicables; III. Expedir los lineamientos a los que se sujetarán las Autoridades Educativas… para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia en el Servicio Profesional Docente… IV. Autorizar los parámetros e indicadores para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia, así como las etapas, aspectos y métodos de evaluación obligatorios…” Añadamos el Artículo 55, en su parte inicial: “En el ámbito de la Educación Básica que imparta el

Estado y a solicitud del Instituto, la Secretaría deberá proponer: I. Los parámetros e indicadores para el Ingreso, Promoción, Reconocimiento y Permanencia en los términos que fije esta Ley, a partir de los perfiles que determine la Secretaría; III. Las etapas, los aspectos y métodos que comprenderán los procesos de evaluación obligatorios a que se refiere esta Ley, para la selección de los mejores aspirantes…”

¿Qué podemos observar en el texto de la ley? Que quienes determinan los contenidos de los perfiles, parámetros, indicadores, etapas, métodos, procesos, lineamientos, etcétera, de la evaluación de los maestros, de su ingreso, permanencia, reconocimiento, etcétera, son los mismos funcionarios de la SEP y del INEE, y no la ley.

¿Qué sucede, entonces? Que desde el Presidente Peña, hasta los funcionarios de la SEP, han asegurado que no pueden dar marcha atrás a nada de lo que están haciendo, ya que, dicen, se han concretado a obedecer lo que manda y dice la ley.

Aquí observamos con claridad la manipulación en la aplicación de la reforma educativa. Se escudan en la ley para no dar respuesta a sus opositores, cuando sí está en sus manos el poder llevar a cabo una aplicación racional y acordada, incluso con los maestros disidentes.

Si el Gobierno cambia sus modos de gobernar, ayudará a solucionar problemas que él mismo está propiciando, como es el de los maestros.