Economia 

Crom: Cambio de ley no es suficiente para erradicar el trabajo infantil

Aguascalientes, Junio 23 (2014).- El sólo cambio a la ley, no es suficiente para erradicar el trabajo infantil, dijo enfático el líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), Jesus Enrique Ramírez Ramírez, quien aseguró que la erradicación del trabajo infantil no puede verse sólo como el retiro del niño del lugar de trabajo, ya que si no existen adecuadas condiciones sociales, económicas, familiares y culturales, ese retiro del menor será sólo transitorio, hasta el momento en que las necesidades, la inercia social y/o la tolerancia familiar, provoque que el niño regrese al trabajo.

“Un hecho previsible es que si las autoridades asumen ese deber como algo declarativo y no asignan los recursos presupuestales necesarios, todas las iniciativas quedarán en discursos y ceremonias. La magnitud de los recursos asignados es un indicativo fiable para medir el grado de compromiso de las autoridades. Adicionalmente, el tema debe ser abordado por profesionales especializados y no por funcionarios improvisados”, afirmó.

Sino se crean las condiciones materiales para otorgar subsidios económicos a las familias que retiren a sus niños del trabajo, el mero cambio cultural o legal no logrará modificar el escenario actual. El cambio en la mentalidad de tolerancia ante el trabajo infantil, tiene un alto componente de responsabilidad en las familias, y hacia ellas se deben enfocar acciones puntuales, expuso el líder obrero.

Si se reconoce que la escuela es el lugar adecuado para que el niño asegure su educación y el desarrollo de destrezas y competencias que le permitan acceder en su mayoría de edad a un trabajo de calidad, todos los esfuerzos por la ampliación de la cobertura y por el mejoramiento de la calidad educativa resultan sustanciales. Pero no basta con crear más plazas escolares sino asegura la retención escolar, la promoción oportuna y el compromiso empresarial de apoyar estas iniciativas, añadió.

El dirigente cromista puntualizó que “Como parece quedar demostrado, sólo se pueden lograr avances duraderos cuando las autoridades, las familias, las organizaciones sociales, los empresarios, los educadores y el gobierno, unen esfuerzos para actuar en conjunto frente al problema”.

La ratificación de los convenios e instrumentos internacionales tiene una alta porción de responsabilidad de los gobiernos, pero el movimiento sindical y la sociedad civil han cumplido un papel esencial en su promoción y motivación, y deben estar vigilantes para asegurar su reglamentación y aplicación eficaz, estimó Ramírez quien agregó que “la situación mejorara sólo cuando la erradicación del trabajo infantil se haya situado en el centro de las preocupaciones de la sociedad y las autoridades; y sólo cuando las familias, las empresas y los sindicatos hayan asumido sin reparos su responsabilidad y actúen en consonancia con ese compromiso. Los medios de comunicación, las iglesias, las instituciones educativas y todos los formadores de opinión, tienen el deber ineludible de asumir ese reto como deber de salvaguarda del futuro de una generación, y con ella, el de toda la sociedad”.

Relató que “El movimiento sindical, que desde sus orígenes combatió el trabajo de los niños y denunció sus terribles condiciones, ha hecho un gran aporte en la promoción de la ratificación de los convenios internacionales de la OIT que regula esta materia, y en la exigencia de políticas dirigidas a la niñez. Pero no hay que olvidar su deber en cuanto a las acciones de vigilancia en los lugares de producción y comercialización, para asegurar el cumplimiento real de dichas decisiones legales”.

…Y por supuesto, los sindicatos deben garantizar que la acción contra el trabajo infantil no sea sólo el compromiso de una instancia dentro de la organización, sino el compromiso de todos, que no se apoya sólo en la cooperación internacional, sino que aporta recursos propios y, sobre todo, que no es un tema más de la agenda sindical, sino que debe estar en el centro de sus acciones educativas, de negociación colectiva y de seguimiento permanente, indicó.

En países con conflictos políticos y altos niveles de violencia, los niños han sido involucrados en estas situaciones, al tiempo que son severamente afectados por la masiva migración de los padres. Por ello, se debe ampliar la gama de servicios ofertados a los niños, incluyendo campañas de socialización, soporte alimenticio, útiles escolares, actividades deportivas y culturales, apoyo psicológico, y protección ante los riesgos de agresión y maltrato, explicó.

Así, el consenso primario en torno a la necesidad de eliminar las peores formas de trabajo infantil (pornografía, explotación sexual comercial, vinculación de niños a conflictos armados, trabajo en minería y otras ramas de especial riesgo para el desarrollo pleno del menor de edad), representa sin duda un signo positivo pero excepcional frente a la precarización global del trabajo que se observa como componente laboral del proceso de internacionalización económica, lamentó el sindicalista.

Ya casi para concluir comentó que “No hay reunión de burócratas gubernamentales, empleadores y organizaciones sindicales que no incluya entre sus declaraciones y conclusiones, el consenso ante la necesidad de eliminar el trabajo infantil en sus peores formas. Aunque parece existir una mayor conciencia de la dignidad de la persona y una mejor valoración del trabajo, aún persisten formas de sobreexplotación de trabajadores en maquilas, trabajo de presos, tráfico de órganos y persecución a aquellas personas que intentan crear organizaciones sindicales realmente independientes”.

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