Plaza de la Patria

Los jubilados extrañan su espacio. Los paseantes escogen mejores rumbos. Los enamorados optan por las bancas de otros jardines. Los boleros son reubicados. El paisaje primaveral se amuralla con cuatro paredes de madera. Las fuentes callan. Los edificios aledaños reciben su polveada gratis.

La Jornada Aguascalientes (2/04/2014) dio cuenta, con información de Gobierno del Estado de Aguascalientes, que ha iniciado la primera etapa de remozamiento de la Plaza de la Patria, con el levantamiento del adoquinado que comprende una extensión de 11 metros cuadrados, para garantizar, sobre todo, “una área segura para las damas que utilizan zapato de tacón alto, quienes con dificultad pasan por el piso que actualmente está instalado”.

Antes de otorgar la licencia de construcción el Secretario de Desarrollo Urbano Municipal, César Pérez Uribe, informó de algunas modificaciones al proyecto original presentado por gobierno estatal: “Ellos querían quitar la banca perimetral de la plaza, no se quitará toda, sólo la que da frente a las oficinas del Congreso, la que da el triángulo a la fuente de M. Ponce; se van a quitar arbustos, no árboles, para abrir espacio a la fuente (…) el obispo no permitió que se quitara el atrio de Catedral”.

Aclaró el funcionario, el nuevo proyecto no contempla la eliminación de ninguna de las cuatro fuentes existentes alrededor de la plaza, además se conservarán las dos torres de iluminación.

En torno a la demolición de edificios aledaños al Teatro Morelos, Pérez Uribe aclaró que el Municipio no entregará permiso para tales obras en tanto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), no dé su aval (elclarinete.com.mx, 5/03/2014).

Sobre el punto anterior, el periodista Javier García Zapata manifestó su desacuerdo en el texto Once razones para conservar los edificios de la Plaza, publicado en crisolplural.com (4/03/2014): Parece que inexorablemente se acerca el final de los edificios ubicados al poniente de la Plaza de la Patria, conocidos como “de Relaciones Exteriores”, algo que una buena parte de la población ignora, a otra le es indiferente; a un segmento menor le convence el proyecto, y otro tanto lo considera innecesario.

Ciudadanos que conforman este último grupo esgrimen variadas razones para apoyar su desacuerdo, un desacuerdo del que pretendieron contagiar a través de las famosas redes sociales, pero quedó en leve llama. Sin embargo, vale la pena mencionar algunos de esos argumentos.

Se esté o no de acuerdo, e independientemente de que influyan entre quienes toman las decisiones, es por lo menos interesante dejar constancia a unos días de que comience la demolición y como una muestra de la pluralidad que debe distinguirnos. Helos aquí:

1. Pudieran reacondicionarse para alojar oficinas gubernamentales, y ahorrar el pago de rentas.

2. También, ser remodelados para albergar un museo sobre la Convención, a menor costo.

3. Hay otras obras prioritarias de educación, recreación, deporte, cultura, vialidad… además del tema hídrico, hacia dónde canalizar recursos.

4. Lo bello del Teatro es el frente (aparte de los interiores, claro). Las paredes laterales carecen de atractivo como para desnudarlas.

5. El centro citadino necesita actividad, vida, gente, no una plancha de adoquín. (Bien puede aplicarse lo que señala el recientemente homenajeado Octavio Paz acerca del Mixcoac de su infancia: “Estaba vivo, con una vida que ya no existe en las grandes ciudades”).

6. La Plaza es bella, así con su toque provinciano sin pretensiones de gran urbe; pero es además suficientemente espaciosa: no se llena ni en las Fiestas Patrias.

7. Al proyecto le faltó ser difundido y consensuado lo suficiente.

8. De lo poco que se conoce, el ciudadano común no percibe un beneficio específico.

9. Sin ser centenarios, los edificios tienen su propia historia.

10. Nada garantiza que próximas administraciones no busquen hacer que llueva sobre mojado, como ha ocurrido con el propio andador “de las bolas de Martín Orozco” (como le denomina Matías Lozano), la calle Venustiano Carranza, la Avenida Madero, las vueltas inglesas, la construcción/demolición/reconstrucción de glorietas, el peregrinaje de quioscos y estatuas, etc.

11. Sin duda cuando se concibió el Teatro Morelos estuvo claro el propósito de orientarlo tal como está, y situarlo justamente en el lugar en el que se encuentra. O sea, porqué así y porqué ahí. Es difícil creer que el Ing. José Noriega y quienes auspiciaron la edificación no hayan tenido otras alternativas.

Por lo pronto, al obispo le respetaron su atrio, aunque catedral luciría mejor descubierta, como San Antonio.

Ojalá esta remodelación mejore algunos datos económicos de la entidad: Aguascalientes dejó el primer lugar (enero) para ocupar el segundo en desempleo nacional, según las cifras del INEGI, al mes de febrero de este año.

El propio Instituto informó que en enero de 2014 el sector de la construcción se derrumbó en Aguascalientes, al caer la obra ejecutada en el estado un 44% contra el mismo mes de 2013.

Eso es lo de menos, la Feria de San Marcos está por llegar.

Porque alguien tiene que escribirlo: Imparable La Máquina atropelló a los deshidratados Periquitos del América, desoyendo la cristiana recomendación de no maltratar a los animales, sobre todo, a las especies menores, siempre indefensas.

Al gordito ese, portero de los pericos, habrá de enseñársele que se cabecea con la testa, nunca con el hombro.

El permanente primer lugar en la Copa y la clasificación a otra liguilla son parte de la escenografía del futbol mexicano. La Máquina está acostumbrada a las alturas, a la grandeza del universo, al éxito eterno.

El cielo es azul por el Cruz Azul, repito.

Por: Mario GRanados Roldan

marigra@telmexmail.com

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