Opiniones 

Nos está cargando el payazo / Vale al Paraíso

La ambición. El poder. La supremacía. El dinero. La política. Y la economía global. Le meten mucho ruido al planeta de los muy vivos. El tema financiero enfrenta graves problemas. La inestabilidad monetaria asoma las orejas. Los conflictos entre estados ponen a prueba la paz del planeta. La geopolítica golpea. La inversión deja de fluir. El consumo está paralizado. La OPEP mantiene la producción petrolera a costa del castigado precio. China registra en el tercer trimestre de 2014 su peor crecimiento en cinco años. La zona euro va por su tercera recesión en seis años. Japón se estanca. Los mercados emergentes se desaceleran. Y Estados Unidos goza de buena salud.

Al preocupante panorama internacional se agrega el informe Global Risks, difundido por el Foro Económico Mundial celebrado en Davos, Suiza, para señalar el aumento de los principales riesgos a enfrentar en los próximos 18 meses: Falta de destrucción masiva. Ataques terroristas. Pérdida de biodiversidad. Colapso de ecosistemas. Dificultad de adaptación al cambio climático. Escasez de agua. Caída de la infraestructura de redes de información. Desempleo de comida. Ingobernabilidad. Choque de precios de energéticos. Epidemias infecciosas. Inestabilidad social. Migración. Crisis fiscal en los países ricos. Armas. Subempleo.

Si después de haber leído el menú de riesgos globales para 2015 y 2016, ustedes cierran el changarro, invocan al Dios de su preferencia y se ponen a orar hasta el cansancio, aguarde un minuto para conocer el dato adicional que lo llevará al museo de Ripley, donde lo imposible se vuelve posible, para conocer el desorden del tianguis petrolero.

El lunes 12 de este mes Pemex anunció que el precio del barril de petróleo quedó en 28.11 dólares para la mezcla mexicana de exportación. Al respecto, el columnista financiero Enrique Quintana escribió que si realmente se exportara el petróleo en “barriles” reales, nada difícil sería que el contenedor costara más que el contenido.

De hecho, sólo como pura referencia, dado que el barril equivale aproximadamente a 159 litros, podemos calcular que el precio del crudo mexicano terminó ayer en 0.239 dólares por litro. O, si lo convertimos a pesos al tipo de cambio al mayoreo, tenemos que el litro de petróleo crudo se ubicó en 3.51 pesos.

Sólo como punto de comparación, el litro de leche ya cuesta 4.3 veces más que el de petróleo, a 15 pesos aproximadamente en el caso de la leche entera. Vaya, hasta el litro de agua envasada está aproximadamente en 6.80 pesos por litro, es decir, casi al doble que el precio del crudo.

Claro que nadie va a prepararse una bebida con petróleo o lo va a usar para quitarse la sed, pero refleja claramente el nivel tan bajo al que ha caído su cotización (El Financiero, 13/01/2015).

Pues sí, ni la nutrióloga, la asesora en lactancia, el preparador físico o la profesora de primaria van a recomendar el consumo del ex oro negro para mitigar la sed o el hambre, aunque bueno, como está el planeta Tierra a lo mejor en las décadas venideras encontraremos en los estantes del supermercado envases de petróleo entero, deslactosado o light. Llegado ese momento le diré: ¡Buen provecho!

Porque alguien tiene que escribirlo: Mientras los acomodaticios barones del dinero en Aguascalientes se pliegan ante los designios del Poder Partidista en Turno, la Confederación Patronal de México (Coparmex) en el Distrito Federal inició su campaña #NoVotesPorChapulines, para promover mejores candidatos en la capital del país, que no son, precisamente, los que ejerciendo un cargo de elección popular por mandato de la ciudadanía dejan tirada chamba para contender por una diputación federal este año.

El comunicado del sindicato patronal publicado en Facebook apenas el jueves reciente, argumenta: Hemos decidido que no nos gustan los bien llamados ‘chapulines’, por considerar que no se les puede tomar en cuenta como posibles servidores públicos de confianza y que han abusado de la ciudadanía al generar, sin vergüenza, un comercio burdo por alcanzar nuevas prebendas político-económicas, por encima del compromiso adquirido con los electores.

Por lo anterior, ese organismo exhortará a empresarios, colaboradores y sociedad en general a que analicen otras opciones antes de votar por un candidato que dejó inconcluso su cargo público para acceder a otro.

En Aguascalientes, desde el horno de microondas que todo lo hace rápido, la novata Norma Guel Saldívar quería protagonizar el papel de Chapulina al saltar de la diputación local a la federal, pero el manotazo dado en la mesa de su hermano Francisco Guel Saldívar, presidente del PRI Aguascalientes, por el gobernador Carlos Lozano de la Torre, impidió el alboroto de ella y otras legisladoras en el gallinero tricolor.

A menos de seis meses de emitir mi voto, me queda claro que no sufragaré por los candidatos del PVEM, el partido que aprobó el 16 por ciento de impuesto al alimento de las mascotas, no vaya ser que acentúen su daño a los animales caseros y en 2016 le apliquen a la croqueta un impuesto especial, mayor al IVA.

Tampoco lo haré por Chapulines y Chapulinas, porque más allá de la anuencia legal, llegó el momento de fumigar a esa perniciosa plaga y exigir los principios morales en la política, hoy reducida a basura por el desprecio del ciudadano.

Por: Mario Granados Roldán

marigra@telmexmail.com.

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