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Hasta la tumba le persigue su pasado a Marcial Maciel / Vale al Paraíso

Nació en Cotija, Michoacán. A la edad de 14 años abordó el tren que lo llevaría de Tingüindín a la ciudad de México, para abordar el camión que lo trasladaría a la ciudad de Puebla, donde ingresaría al seminario de los Carmelitas.

Años después, en 1941, fundaría la piedra sobre la que edificó su negocio: los Legionarios de Cristo, transformados en los Millonarios de Cristo, por disposición expresa de su cuantiosa riqueza (30 mil millones de dólares),
repartida en unos cuantos bolsillos.

Al amparo de su poderosa congregación religiosa, Marcial Maciel promovió una de las más exitosas tendencias del nuevo catolicismo. Construyó un imperio destruido por la podredumbre.

Consagró a 900 mujeres para explotarlas desde esa inocencia espiritual que las impulsó a la ilusionada entrega de su vida al Regnum Christi de la Legión de Cristo.

Consolidó una orden que hoy suma mil sacerdotes, 700 religiosos repartidos en 21 países y una membresía calculada en 70 mil personas.

Durante medio siglo, en sus andanzas por lo seminarios de la Legión, abusó sexualmente de decenas niños y jóvenes novicios, pero además, la corrosiva doble moral le permitió enamorar, con nombres y apellidos falsos, a dos mujeres con las que procreó tres hijos.

Para salvaguardar sus marranadas y protegerse de la denuncias, impuso a toda la organización un cuarto “voto”, el del “silencio”.

"¡Cuánta suciedad hay en la Iglesia!", exclamaría el entonces cardenal Joseph Ratzinger, antes de ordenar, en su calidad de sucesor de Juan Pablo II, que Maciel fuese castigado con el retiro del sacerdocio.

A casi diez años de su fallecimiento, hasta la tumba le persigue su pasado a Marcial Maciel, al mencionársele en la investigación denominada Paradise Papers, como uno de los personajes que escondieron en la bodega del secreto su riqueza en paraísos fiscales.

De acuerdo con la información de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Maciel y los Legionarios de Cristo armaron una estructura fiscal en Bermudas e Islas Vírgenes, de julio 1992 a febrero de 2006, con la asesoría del despacho legal y fiscal Appleby, señalando como domicilio a la Vía Aurelia 677, en Roma, Italia.

Padres vemos, sotanas no sabemos.

Porque alguien debe de escribirlo: Seguramente contaminada por la exuberante narrativa de Kate del Castillo, en el documental Cuando conocí al Chapo, Norma Zamora Rodríguez decide utilizar el Cuerno de chivo para perforar con sus sentencias a Martín Orozco Sandoval; pareciera que pelearse con el gobernador del Estado no es un mal negocio ni lleva a la quiebra política, a juzgar por el desalineado proceder de la diputada blanquiazul, quien prefiere matar o morir en nombre de la ansiada reelección, en lugar de guardarse unos días para hacer la respiración Pranamaya, tomar un té de tila, practicar la meditación zen y acudir a la psicoterapeuta, que mucho le hubiera ayudado a tranquilizar su cabreado karma.

Siguiendo los rentables dictados estratégicos de Maquiavelo, Sun Tsu, Azorín y Fouché, pero en versión muy aldeana (obvio), Zamora Rodríguez ordena a sus muy cercanos colaboradores “robarse” fotografías para crear perfiles falsos a fin de “defenderla” en Facebook, colocarla en la piedra de los sacrificios y “chingarse” a Orozco Sandoval, a quien califica de “loco” y “rencoroso” en demasía.

En el audio de 25 minutos que circula en las redes social —comunidad parecida a la Plaza de Toros Monumental, colmada de borrachos y villamelones el sanmarqueño 25 de abril—, se le escucha decir con florido lenguaje, profundamente exornado de galas retóricas, “…necesito hacerme víctima, o sea necesito victimizarme, porque es un hecho 'güey', me quiere chingar Martín, necesito que la gente diga ‘la quiere chingar porque está haciendo su trabajo’, eso es lo que necesito”; incluso recalca la sana distancia con el ejecutivo estatal, “yo a Martín no voy ni a su informe, yo a Martín acabo desde el jueves pasado, a partir de mañana, digo a partir de ayer, no, no es guerra simplemente no le voy a dar mi apoyo”.

Amenaza con filtrar documentos inflamables de la 63 Legislatura al Congreso del Estado de Aguascalientes.

Se ufana de tener “medio comprado” —no precisó si de la cintura para abajo, o de la cintura para arriba—, a un notario público, aunque, la mera verdad, se equivocó, debió esperar al Buen Fin para mercar un fedatario con el 40% de descuento y 500 mensuales sin intereses.

El primer círculo de MOS se resguardó ante la lluvia de plomo. Prefirió jugar a las Estatuas de Sal, en lugar de dar un paso al frente para repeler la agresión y utilizar el costurero de la abuela, a fin de darle una zurcidita pública a la agujerada investidura del gobernador.

¿Usted votaría por la reelección de Norma Zamora Rodríguez para diputada?
Yo no, jamás. Aunque conozca a su padre, don Juanito —al que le guardo especial afecto desde hace varias décadas—, como un hombre respetable, un trabajador incansable de la tercera edad, que todos los días, los siete de la semana, muy de mañana, llegaba en la cargada bicicleta para vender periódicos y revistas en su estanquillo ubicado en Pedro Parga y Zaragoza, frente al templo de San Antonio.

Hoy se le extraña a don Juanito. Ya no acude a la cita matinal. El kiosco del honrado voceador permanece cerrado.

Coda: Andrés Manuel Liópez Obrador ya chochea; confunde las "plazas magisteriales" con las plazas de toros. Dios libre a México del peligro en el 2018.

Y el PAN, PRD Y MC fueron a registrar los programas de gobierno y plataformas electorales de ese híbrido niño llamado Frente Ciudadano(?), pero el INE les recordó que las posadas inician hasta el 16 de diciembre y, dos días antes, el jueves 14, pueden presentar dichos documentos. Ante no. Sopas.

Después de tantas barbaridades se concluye que los dirigentes de morenos, azules, amarillos y naranjas, deben de pasar por exámenes de control de confianza, pruebas de esfuerzo, estudios psiquiátricos y detector de mentiras, a la voz de ya, para salvar a los mexicanos de cualquier desagradable sorpresita.

marigra1954@gmail.com