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Fronteras, zonas de presión: Comentarios de un Ciudadano

Estamos siendo informados de un fenómeno que hasta hace poco todos los países lo soslayaron, y en contra buscaron tener acuerdos bilaterales y multilaterales con otros países, buscado un intercambio comercial y cultural, y que con el paso del tiempo ir eliminando no solo aranceles, sino una cooperación en todos los campos, como la tecnología y el libre tránsito de sus ciudadanos. El ejemplo más acabado es Europa, que logró abatir sus fronteras, y un ciudadano, miembro de los países del Euro, puede transitar libremente por todos los países asociados; inclusive los turistas sólo tienen que hacer una sola revisión de inmigración y pueden viajar por casi todo el continente Europeo.

Sin embargo se presentó la migración masiva de África y Medio Oriente hacia Europa, y dio al traste con el sistema, y ahora no son pocos los países que están volviendo a tratar de controlar sus fronteras, algunos incluso con barreras, tal y como lo han hecho los norteamericanos con nuestro país con el muro de la ignominia. Algo parecido parece ser que se presentará en los países Europeos.

Los países Asiáticos han comenzado también a cerrar el libre tránsito, en virtud de que algunos países, por su situación económica, han comenzado a expulsar a sus connacionales, y se ven obligados a emigrar, y ahora son rechazados. En otras ocasiones los sistemas de gobierno de algunas naciones, vuelven insoportable la vida a sus ciudadanos, los cuales deciden emigrar, y ahora no son tan fácilmente aceptados en los países que hasta hace poco tenían libertades de tránsito en sus fronteras. Un ejemplo de esto es Venezuela, en su diferendo con Colombia.

Otro aspecto que es utilizado, en la mayor parte de las veces para el control de los visitantes, es el de seguridad nacional, pues ahora, con el terrorismo, se han implementado una serie de medidas que han afectado el libre tránsito, y no solo eso, sino el rechazo de muchas personas en su ingreso a algún país por «sospechoso». O como en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al cual nos hemos adherido, en donde impera la ley del más fuerte, pues, por ejemplo, desde que se firmó, los Estados Unidos jamás han cumplido con la parte del transporte de carga, de liberar el tránsito del mismo, y mucho menos en tránsito de personas; y el otro socio, Canadá, en lugar de hacer expedito el tránsito, o cuando menos darle el trato de antes de la firma de dicho tratado, ha impuesto ahora una visa con una serie de requisitos que la hacen inalcanzable a muchos mexicanos.

Y qué decir del tema del narcotráfico y lavado de dinero. El problema es que ahora a todos los latinos se les tacha como personas vulnerables a ser parte de algún grupo delincuencial, y son sometidos a revisiones extras, a las que no son sometidos ciudadanos de otros países. Y no pocas veces a los connacionales que viajan a Sur América les han violado sus equipajes, y les han «sembrado» drogas, acabándoles su vida, o cuando menos les han hecho pasar tiempo en la cárcel, hasta que demuestran que son inocentes. Algunos han podido salir porque eran personas conocidas, y algunas organizaciones los apoyaron, presionando para que fueran puestos en libertad y se hiciera justicia.

Pero imagínense en un país como el nuestro, con el tipo de justicia que se administra y con la corrupción que impera, quien tiene la desgracia de caer en una situación de esas, comienza con una pesadilla que a veces termina mal. Por ejemplo, en las cárceles mexicanas más del 40% de los detenidos no han sido sentenciados, a pesar de que la ley y los derechos humanos exigen que los juicios sean de un año, pero en los vericuetos legaloides hacen que hay quien cumple la sentencia que va a recibir justa o no, y ya la cumplió por el tiempo de detención durante su juicio.

Es importante decir que no solo las fronteras territoriales son zonas de presión, también las fronteras entre lo justo e injusto están presionadas, y la frontera entre lo que es justo y lo que es legal, se encuentra verdaderamente en crisis.

Solamente en el tema del lavado de dinero debemos de estar consientes de que un ciudadano es culpable hasta que demuestre lo contrario, contraviniendo el Principio Constitucional de Inocencia de los ciudadanos…. hasta que se demuestre lo contrario.