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¿Dónde está el mexicano intelectual?: @ahumadaroberto

“El mayor enemigo del ser humano, es la ignorancia”

Ciertamente en México existen una serie de personas que son iconos representativos de cada área, personas que han destacado en distintos ámbitos y llegan a conmover a las masas generando seguidores e incluso hasta corrientes temáticas.

Este país tiene una gran diversidad en cuanto líderes se refiere, desde los políticos que son altamente rechazados por la sociedad, los deportivos, los sociales, actores, cantantes e incluso cómicos, cada uno de ellos con segmentos muy específicos que los siguen y que los toman como iconos aspiracionales.

Hace ya muchos años en el tiempo posterior a la revolución, existió un grupo de jóvenes predilectos, jóvenes que tenían los sustentos ideológicos para proponer y plantear un mejor México, todos ellos intelectuales destacados con distintos perfiles, esa generación de 1915 estuvo conformada por personas como Antonio Castro Leal, Manuel Gómez Morín, Alfonso Caso, Vicente Lombardo Toledano, Cosió Villegas entre otros más.

La generación de 1915 fue una elite intelectual, científica y humanista cuya vocación fue la de fundar y construir, se hicieron cargo a su corta edad de reconstruir un país en ruinas.

Hago alusión a esta generación porque verdaderamente es escasa la participación de los intelectuales en esta sociedad, la simple esencia de tener un gobierno omnipresente daña sus posibilidades, la política en estos días ya no se hace en la plaza pública, el parlamento o la prensa, en debates, sino en la conversación directa, a medias palabras entre el que ostenta su intelecto y el detentador del poder. No se trata, como dice Bernard Shaw, de llamar la atención del pueblo, sino de cortejar a un presidente que en realidad es rey, en la política hay una gran ausencia de intelectuales, por lo tanto, es intriga sin realidad y no confrontación abierta de soluciones divergentes a los problemas nacionales, la política necesita las armas de los intelectuales que siempre son las ideas y los valores del alma, que son las que pueden convencer y motivar sin la esencia de la imposición.

Sin embargo existe un panorama desalentador para el intelectual, ya que su presencia en cualquier medio puede resultar engañosa o poco valorada, la verdad es que hoy por hoy todo o casi todo le es adverso, desde luego la vida política en México ha llegado a un convencionalismo, que nada urge tanto como devolverle su sentido real, es decir tiene que ser de manera paralela una persona con valentía, para poder hacer uso del a oratoria peculiar que destaca a las personas que tiene ideas y que son ortodoxos, no existe punto de rentabilidad en un sistema en donde el narcisismo ha tomado como bandera la propia ostentación de lo material, pero es precisamente ahí cuando es necesaria la participación del intelectual, cuando el país está explotando en inseguridad, cuando la desigualdad es la realidad más latente para todo soñador, cuando el presidente tiene y ostenta un poder que no puede mover a México, ahí es cuando el intelectual debe de tomar la presencia nuevamente.

Así tendrá por delante la más hermosa tarea que pueda ofrecérsele a una nación, que es la de transformar el medio en que por ahora está condenado a vivir para hacerlo propicio a una acción política realmente inteligente.