Opiniones Portada rotador 

Contienda 2018

«Las realidades son el antecedente de la necesidad”.

Los tiempos electorales han comenzado a tomar partida en una sociedad profundamente adolecida de la esperanza de la seguridad, este año 2017 ha sido el año más violento en los últimos 20 años, del mismo modo la sociedad puede percibir la latente pobreza que desborda por todos los estados a lo largo y ancho del país, al día de hoy existen 53 millones de personas en pobreza y 11 millones de personas en pobreza extrema, en rasgos muy generales este es el preámbulo y contexto de nuestro país.

Por un lado Andrés Manuel López Obrador comienza a estancarse en su crecimiento, es decir tenía un porcentaje elevado de posicionamiento el cual oscilaba entre en un 32 y 35% lo cual es un porcentaje muy elevado considerando que los analistas más asertivos dan referencia de que ningún candidato que representa a alguna coalición obtendrá un porcentaje de votación mayor a un 35%. Aparentemente los distintos periodistas han comenzado a ser más agudos y a generar mayores cuestionamientos a un precandidato muy polémico y poco argumentativo.

Mediáticamente el efecto de que ya no pueda crecer de manera considerable será un semblante desalentador que no abonara en sus objetivos de campaña y que poco a poco tendrá que enfrentar a un tecnócrata como lo es Meade y a un retórico peculiar como lo es Ricardo Anaya, antes competía contra fantasmas, el día de hoy sus rivales son fuertes y están en la disposición total de enfrentar la batalla presidencial.

Por otro lado José Antonio Meade comenzó su campaña con gran entusiasmo y lisonjas tricolores, sin duda alguna es una persona preparada y tiene una gran capacidad, sin embargo los principales articulistas de los medios nacionales como: Carlos Loret, Salvador García Soto, Carlos Marín, Luis Cardenas, etc., han dado referencia de que el gran tecnócrata carece de carisma y que simplemente hay algo que a la sociedad no le cuadra.

Definitivamente existe una gran distancia entre ser un jefe de oficina a ser un candidato de tierra.

De manera paralela José Antonio Meade tiene que enfrentar el castigo social que existe a la marca PRI, es decir en diversas encuestas lo posicionan de manera personal como un pre candidato con habilidades y conocimientos, sin embargo cuando en cualquier encuesta le preguntan a la gente ¿Por qué partido no votaría?, más del 85% responde que no votaría por el Partido Revolucionario Institucional. Ese es un dato profundamente digno de análisis ya que independientemente de que Meade sea o no buen candidato, la marca PRI está muy castigada y es importante recordar que en la política el ánimo es un factor determinante en el resultado electoral.

“Sobrevivientes somos los que actuamos por miedo a un miedo mayor y cada vez que cedemos acabamos descubriendo que los peores pronósticos lanzados al viento, para el caso de que gane la oposición, se cumplen con el triunfo del PRI, sobrevivientes nos hacen quienes nos convence de que es peor un mal futuro imaginario que un mal presente real” Castillo Peraza.

El tercer precandidato con posibilidades de acceder a la silla presidencial es Ricardo Anaya, el joven maravilla que ha dado un nuevo contexto a la opinión pública sobre su aspiración política.

Los medios y los articulistas se refieren a él como alguien a quien se le debe temor y respeto, con tan solo 38 años de edad el joven Ricardo Anaya ha logrado consolidar una seria aspiración a la máxima del poder en esta país, sus mayores armas son la oratoria, la retórica y tener un cálculo exacto de las circunstancias, del mismo modo cuenta con ciertas estrategias espontáneas que lo ponen en la palestra. Se la acusa de haber dividido al PAN, sin embargo el día de su registro tuvo la presencia de 10 de los 12 gobernadores panistas, y como él mencionó en una entrevista, “logramos unir lo que nunca nadie había podido, decían que era imposible y nosotros lo hicimos posible».

El mayor reto de Ricardo Anaya es ir contracorriente, enfrenta a un López Obrador curtido por la experiencia, con la astucia de salir favorable en las circunstancias más reprensibles, del mismo modo enfrenta al candidato del sistema, un sistema que ya demostró en la elección de Coahuila que es capaz de todo.

Algo extraordinario es que los tres precandidatos tienen elementos generadores de posibilidades para poder llegar a la silla presidencial.

La contienda del 2018 ya llegó.