Opiniones Portada rotador 

Vale al paraíso / Entrevista a Otto Granados (II)

El Presidente Me Dio Señales de que Yo Sería el Candidato a Gobernador: OG

*El presidente Salinas no tenía empatía política con los Olivares.

*Las visitas que me hicieron en Los Pinos, Olivares Santana y Gómez Villanueva, fueron políticamente incorrectas.

*El PRI local miente cuando presume tener una gran capacidad de movilización y estructuras.

*Mi gobierno representaba el recambio generacional que Salinas tenía y Colosio compartía.

“El Presidente Carlos Salinas de Gortari ya me había dado señales de que yo sería en candidato a gobernador”, comentó en entrevista de grandes temas el ex mandatario estatal Otto Granados Roldán, ante un grupo de académicos de diversas universidades y dos periodistas.

“El tema de Salinas y del partido iban por separado. Ya lo tenía muy abonado, además de que desde antes, ya se me habían dado muestras de que esto sucedería”, agrega.

Granados Roldán relata que fueron dos momentos en los que como funcionario del gabinete presidencial sintió la deferencia.

El primero de ellos, se registró el día de la inauguración de los actos conmemorativos del LXXV aniversario de la Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes, en la que estuvieron todas las figuras del PRI en la entidad y que fue convocada por el entonces Gobernador del Estado, Miguel Ángel Barberena Vega.

“Yo siempre acompañaba al Presidente de la República a las giras, en general a todas. Pero cuando había eventos aislados trataba de no ir porque me quitaban tiempo, pero ese día, me pidió que lo acompañara y me sentó a su lado", comentó.

El segundo momento fue el día de la elección intermedia de 1988. “Me fui a trabajar a Comunicación Social de Los Pinos, era domingo. Mi oficina estaba, por decir, caminando como a unos trescientos pasos de la casa de donde viven los presidentes. Mientras me acercaba al despacho principal, el Presidente Salinas venía justo para comenzar labores, entonces, me dijo:

-¿Tú qué estás haciendo aquí?

-¿Pues cómo que, qué? contesté. -Vine a trabajar.

-¿No has ido a votar a Aguascalientes?

-No, no he ido.

-¡Pues ve, ahorita! Que el Estado Mayor te preste un avión, vas votas y te regresas.

Entonces deduje: -Bueno, aquí hay algo, ¿no?”

Como lo sugirió el Presidente de la República, se hizo. El titular de Comunicación Social, se dirigió al Estado Mayor y a mitad del día se encontraba en la ciudad de Aguascalientes emitiendo su sufragio en la casilla electoral correspondiente. Posterior a ello, por la tarde, regresó a la ciudad de México para después incorporarse a sus actividades.

Conflictos Políticos

“El presidente Salinas no tenía empatía de ninguna naturaleza, ni personal, ni política, ni ideológica, ni con Olivares Santana ni mucho menos con Gómez Villanueva”. A otros candidatos no los menciono porque ellos estaban en la jugada de segunda o tercera ligas. Entonces, con ellos dos tenía una franca distancia ideológica y de otro tipo, entre otras razones porque en opinión de Carlos Salinas, sobre todo en el caso de Augusto Gómez Villanueva, diferían porque éste era uno de los principales opositores a la visión que como presidente tenía para modificar el artículo 27 constitucional, para dar por concluido el reparto agrario y proceder a la certificación de la tierra ejidal.

El ex mandatario comentó que ese clima le favoreció notablemente cuando se tomó la decisión del que sería el candidato a Gobernador del Estado de Aguascalientes para el sexenio 1992-1998.

Visitas incorrectas de Olivares Santana y Gómez Villanueva

Otras dos escenas marcaron el proceso de afianzamiento de la candidatura de Otto Granados Roldán; dos escenas que en sus propias palabras son las que le hicieron pensar en la necesidad de que si era el candidato y luego gobernador, tenía que fortalecerse. De eso dependía la cristalización de sus proyectos de gobierno, consciente de que tiene que haber un dirigente político en el estado. No dos ni tres, ni cuatro, sino sólo uno.

Las siguientes, fueron las dos cosas que observó previo a ser designado aspirante a la primera magistratura estatal:

“La primera de ellas fue la visita del profesor Enrique Olivares Santana en mi oficina de Los Pinos, donde estaba la Dirección de Comunicación Social. De una manera un poco al estilo caciquil, como estuvo acostumbrado a actuar durante décadas, en las que ponía aquí y allá; y además ordenaba conflictos y los regulaba entre los políticos locales, creyó que podía hacer lo mismo en esa coyuntura del cambio de gobierno”.

El ex mandatario narra el encuentro:

“-Oye paisano-, me hablaba de tú. –Pónganse de acuerdo tú y Héctor Hugo, a lo mejor él puede ser ahorita y tú después”.

Y agrega: “De manera franca puedo decir que, el contenido de la visita me pareció por completo fuera de lugar, porque yo no era amigo de Olivares, ni le debía en lo absoluto nada, entonces el que haya venido a mi oficina, con esa actitud medio patriarcal por decirlo suavemente, o medio caciquil por decirlo realmente, me desagradó. No me pareció políticamente correcto.

“Unas dos semanas después, Augusto Gómez Villanueva vino a verme con la misma historia, pero ahí, él estaba como protagonista, para decirme:

“-Oiga licenciado, me hablaba de usted, mire yo quise ser gobernador en los años setentas, pero por una coyuntura nacional, el presidente Luis Echeverría finalmente, decidió que no fuera, pues ya estoy en una edad (bla, bla, bla), ¿Qué le parece si en ésta, usted me impulsa con el Presidente Salinas y luego hacemos un pacto usted y yo para que sea usted el próximo gobernador de Aguascalientes, es decir, para el sexenio 1998-2004?

“Luego se fue y en cuanto cerró la puerta, me dije, Éste la quiere, y el cartero no pasa dos veces en la política. Entonces junté las piezas y quedó en el panorama que Olivares Ventura y Gómez Villanueva estaban haciendo también sus movimientos, naturalmente creí en mi percepción de las cosas y más aún, tuve la necesidad de una consolidación si era yo el designado, pues me estaban viendo con fuertes posibilidades para llegar a esa posición”.

La burocracia partidista; el PRI miente

“El PRI miente cuando suele presumir que tiene una gran capacidad de movilización y que posee estructuras fuertes, pero no es verdad. En las elecciones intermedias de mi sexenio, por ejemplo, había un funcionario responsabilizado por cada uno de los distritos locales electorales. Y la verdad es que te mentían. Hacían reuniones periódicas conmigo, para ver cómo iban las campañas, cómo la movilización, cómo iban, tal y cual cosa; llegaban con cifras y todo lo demás pero eran puras mentiras, tampoco había manera de validarlas.

Recuerdo perfectamente bien que días antes de la elección pregunté a Andrés Valdivia que estaba encargado del distrito I en San Cayetano, donde era candidato Miguel Romo Medina:

“-¿Cómo vamos? Entonces me saca una tarjeta y me informa:

“-Señor Gobernador, ningún problema. Ya movilizamos a 18 mil 326 votantes, vamos a tener 15 mil 140 y tantos votos. Ya compré 20 kilos de café, galletas…y no sé cuantas cosas más y obviamente el resultado fue totalmente al revés. En ese sentido, desde entonces, el PRI, esa parte del partido, ese andamiaje del PRI se veía que era menos eficiente de lo que presumían las burocracias partidistas.

“Es por ello que sostengo que la relación del PRI con el ejecutivo era generalmente buena y eficiente en la relación política, no así en términos de eficacia electoral.

“La relación del Gobernador con el Comité Directivo Estatal del PRI era tradicional.

“De alguna manera promoví las presidencias de quienes estuvieron en mi período: Fernando Palomino Topete, Luis Fernando Muñoz, Rogelio Ramírez Soto, ellos tres fueron con mi impulso, con mi apoyo, la excepción fue Miguel Romo Medina, de quien cedí su nombramiento a Héctor Hugo Olivares Ventura, como una cuota política, por ser este, candidato”.

Mi gobierno representaba el recambio generacional que Salinas y Colosio compartían

“Yo representaba el cambio o simbolizaba ese perfil de recambio generacional que el Presidente Salinas consideraba y Colosio y otros más tenían en mente, eso me benefició en la designación como candidato, pues es sabido, mi persona pintaba menos en las encuestas porque me había ido del estado desde 1975.

“Ya como gobernador pensé que Aguascalientes podía aprovechar la excelente relación con el gobierno federal para atraer recursos y originar inversión, ¿Por qué? “Por la relación con el Presidente Salinas y básicamente con todos los secretarios del Estado mexicano. Nos funcionó, razonablemente bien, aún después del conflicto entre Salinas de Gortari y Zedillo Ponce de León”.

Otto Granados y sus anfitriones, Saúl Alejandro Flores, Enrique Rodríguez Varela, Andrés Reyes Rodríguez, María del Pilar González Peña, Luis Antonio Salazar Muñoz, Sergio Reyes Reséndiz, Víctor Hugo Guzmán Mata y el autor de esta columna, conversaron ampliamente de diversos temas de locales, nacionales e internacionales.

La interesante charla se publicó en tres entregas en el diario El Sol del Centro, versión impresa (solamente), como parte del documento de investigación académica Aguascalientes en su historia política. Gobernadores y Prefectos 1835-2016.

Usted leyó un extracto de la segunda entrega, publicada el domingo 22 de enero. Cité textualmente las partes más importantes, de acuerdo a mi criterio.

Omití las cursivas para una lectura más agradable.

La tercera y última se publicará la próxima semana.

Porque alguien tiene que escribirlo: En cristianas palabras el destino es de Dios.

Fuentes cercanas a Tere Jiménez enfatizaron que “no hay desinterés por la reelección”. Octubre de 2019 “se mira muy lejano, empezando por la vida prestada. Ella está concentrada en el presente. No le ocupa ni le preocupa el futuro, que se construye en el presente, con las acciones diarias que reflejen resultados palpables y calificaciones aprobatorias de la ciudadanía, para colmar una legítima aspiración”.

“A la alcaldesa no se le da el chapulinazo. No abandonará el crucero al primer año de travesía. Su puerto primario es cumplir con el mandato que la gente le confirió. Está dedicada a servir a la comunidad. Y no suda en cocinas electorales ajenas para la elección federal (presidente, diputados y senadores) de junio de 2018”, agregaron los enterados en el confesionario.

Las erradas especulaciones, colocadas en la sacristía durante las frescas madrugadas, deberían considerar que un presupuesto anual —libre y soberano— de más de dos mil millones de pesos, que en seis años sumarán más de 19 mil millones de pesos (considerado el incremento anualizado), no es nada despreciable para hacer política de la buena.

Vale recordar que una añeja solicitud de los alcaldes fue la extensión a cuatro años del período administrativo para consolidar la obra de gobierno municipal; la demanda quedó satisfecha en demasía, a seis años, con la reelección.

marigra1954@gmail.com