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Obispado: Esto puede convertirse en una bomba de tiempo

Aguascalientes, Enero 02 (2016).-Las condiciones en las que los mexicanos han comenzado el 2017 no son las mejores, sin embargo es menester hacer el llamado a la unidad y solidaridad ante la injusticia, pero además, se debe convocar a los gobernantes y representantes populares para que escuchen la voz del pueblo porque “esto está latente y puede convertirse en una bomba de tiempo”.

Así lo expresó el vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Carlos Alberto Alvarado Quezada quien subrayó que el tema de los “gasolinazos” y los incrementos a productos y servicios que se han dado “en cascada” es algo con lo que muchos mexicanos no pueden más, de ahí que es de reconocer y apoyar las manifestaciones que se han comenzado a dar como una de las libertades.

Además se debe recordar que cuando los gobernantes y líderes sociales asumen su responsabilidad, protestan que de no cumplir lo que el pueblo pide, se les demanda y ahora, “con las marchas y manifestaciones es lo que hace el pueblo”, que solo pide ser escuchado “no pelean parques, ríos, fauna o árboles, están peleando, exigiendo un bien común en la cuestión económica”.

Si bien el Papa Francisco exhortó apenas el domingo pasado en la 50 Jornada por la Paz, que no es con la violencia como se tienen logros y menos se logra el camino a la paz, también es necesario mencionar que hay una gravedad de conciencia “cuando no escuchamos la voz de los demás, no queremos violencia en el Estado, queremos paz en el mundo y que los conflictos se lleguen a negociar con el diálogo y no con la violencia”.

Alvarado Quezada refirió que la doctrina social de la Iglesia habla que las manifestaciones de un pueblo, cuando son para el bien común deben ser apoyadas e inclusive intervenir cuando “es algo que a todos afecta, no sólo a través de redes sociales que ahora tienen mucho poder pero quedan ocultas; pero cuando el hombre sale a manifestarse es ante una injusticia y realidades en algo con lo que no está de acuerdo”.

Así pues, insistió que los gobernantes y la misma Iglesia deben poner atención, pues la gente que ahora sale a las calles a manifestarse “nos están haciendo un llamado a todas las instituciones, a la Iglesia, a la sociedad política que necesitan ser atendidos en un tema que es del bien común”.