El cielo es azul

Desde las profundidades de su tumba, Ángel Fernández se puso de pie nuevamente. El memorable cronista televisivo, convertido en el oficiante del cristiano sacramento, echó el agua bendita en la cabeza del mejor equipo mexicano y dijo las sagradas palabras: “yo te rebautizo con el nombre de La Máquina Celeste…”.

Cruz Azul es más líder que nunca. Pita fuerte. Se adueña nuevamente de la Liga del futbol mexicano. 9 partidos jugados. Invicto. Un empate. Ocho victorias consecutivas. 25 de 27 puntos posibles. La mejor defensiva, con sólo tres goles recibidos en el arco del superstarCorona. La imparable ofensiva ocupa el sitial de honor con 18 goles anotados.

50 años de historia y de eternidad protagónica, a decir de Wikipedia y su numeralia: se ubica en cuarto lugar en el historial de la Primera División con ocho campeonatos obtenidos. Cuenta con tres ediciones de la Copa México y dos de Campeón de Campeones. Es el más laureado en la Liga de Campeones de la Concacaf con cinco, empatado con América, superándolo con dos subcampeonatos. Subcampeón de la Copa Interamericana 1971 y de la Copa Libertadores 2001. Según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol se encuentra en el lugar 92 de la clasificación mundial de clubes con 130 puntos.

De acuerdo con las encuestas realizadas por Consulta Mitofsky, desde 2008 hasta 2013, el equipazo de La Noria se mantiene como el tercer equipo con más afición de México.

En su texto Una Máquina, ahora sí, sólida y esperanzadora (10/02/14), el periodista Rafael Ocampo reconoce que Cruz Azul está jugando muy bien. Cada vez mejor.

Para el director de La Afición, el suplemento deportivo de Milenio Diario, festejar lideratos generales no sirve de nada. Entrar a la Liguilla como número uno o como número ocho no te acerca necesariamente más a la posibilidad de ser campeón.

Se siente muy bonito ser reconocido como el mejor en la fase de clasificación, convertirse en el equipo favorito, en el más temido inclusive, pero la cruz de este equipo, es cuando tiene que superar el partido realmente importante, ese que te pone en el lado feliz de la historia. Ahora, ¿tiene realmente potencial este equipo para superar a rivales complicados como el América, el Toluca o alguno de los que empiecen a crecer conforme pasen las jornadas? Yo creo que sí.

Yo sí veo algo sólido y esperanzador.

Los obsesivos de la parroquia tratarán de patear la sólida carrocería de La Máquina con sus desgastados comentarios de cada campeonato: la obtención del título después de 17 años de no alzar la copa.

Desafortunadamente, la envidia ve las campanas y olvida el altar, pasa por alto la grandeza de los cementeros, empezando por esas tres décadas de ubicarse en los primeros lugares y las épicas batallas por el título en diez finales.

Luis Fernando Tena comanda una escuadra no sabe dónde queda la segunda división ni se apura por el coeficiente del descenso. Así de sencillo.

“La Máquina exige un riguroso ejercicio intelectual. Este Cruz Azul más… No hay equipos iguales ni circunstancias iguales en el futbol. Comparar con años anteriores es una costumbre, pero en rigor es estúpida. Puede haber cierto peso psicológico por los fracasos anteriores, pero es casi un equipo nuevo. Y sacan los partidos con eficiencia. Al deporte de golpear y dudar del Cruz Azul hay que ponerle un asterisco con este grupo. No sé si va a ser campeón, pero, por lo pronto, hoy es el mejor equipo de México, sin ninguna duda”, escribe el columnista deportivo Roberto Velásquez Bolio (Milenio Diario, 25/02/14).

Después del Toluca, los que siguen. El cielo es azul por el Cruz Azul.

Porque alguien tiene que decirlo: Llega a prensa del gobierno estatal Jaime Toscano Morfin. Catará los comentarios bien y mal intencionados. Degustará el libre ejercicio de expresión, del otro lado de la barra. No es lo mismo criticar desde la televisora privada que recibir las críticas en la oficina pública.

Limpiar la casa de trabajo es recomendable en tiempos de mudanza. Los destrozos causados por el jovencito que siempre dio mucha Penna, obligan a una profesional reingeniería para quitar estorbos soberbios y vicios anidados en la cuna de la incapacidad.

Se transita hacia el cuarto año de gobierno en Aguascalientes. El inexorable declive es parte del sexenio gubernamental mexicano. 2014 demanda gobernaza a cabalidad. La guerra política se mira a lo lejos. El año próximo se tendrán comicios federales. 2016 traerá a la madre de todas las batallas estatales: elecciones para gobernador, alcaldes y diputados. Al final del túnel aparecerá la luz. Estará el nuevo rey sol.

Por: Mario Granados R.

marigra@telmexmail.com

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