11 de Septiembre

1973.- Salvador Allende es clave en la explicación histórica del siglo XX de América latina. Este año se cumplen 40 del artero, inhumano, perverso, reprobable golpe militar en Chile. Las plumas han explicado el acontecimiento cada una desde sus narrativas, empero en algo todos se detienen: la actitud ética asumida por Salvador Allende, atender el mandato del pueblo que democráticamente le instruyó gobernar el país por un periodo constitucional, dijo: “con los pies por delante en un pijama de madera”. Allende forjó la esperanza aquí en la ciudad de los seres humanos, para ello aplicó saber, ética, estética, política. Creyó en el debate, en el conversatorio como eje de la política. En la otra esquina las bayonetas, la felonía, la perversidad.

​Quienes  pudimos saber de la utopía de Allende nos queda claro su amor por la cultura, acorde con “se abrirán las grandes avenidas por donde pueda transitar el hombre libre”. La palabra fue centro y casa de su pasión política, se confirma el lenguaje es la casa del ser (Heidegger). Su interés estaba siempre en lo superior por ello hereda al pueblo chileno y al mundo un discurso de carácter que llena los huecos que la posmodernidad deja en la convivencia y las virtudes colectivas, también en las personales. Una lección: por sobre los intereses particulares siempre están los de la nación que nos da identidad (creo que todavía).

​La verdad siempre está presente a pesar de sus velos. Pinochet murió a pesar del poder y el cargo vitalicio que se auto asignó. El alma de la justicia aun lo busca por violaciones a los derechos humanos, por su enriquecimiento inexplicable, por el nepotismo de su gobierno, pero lo más grave por el hambre, la muerte, el sadismo, la injusticia contra niños, jóvenes, adultos, ancianos. Pero lo más grave contra las instituciones. A cuarenta años la herencia moral y ética: las virtudes como eje del quehacer político. Defender la soberanía de un pueblo es un ejemplo de carácter. Ojala que las generaciones nuevas tengamos este testamento, precisamente en México y en “septiembre que es el mes del testamento.”

2001.-  las Torres gemelas de Nueva York. Una película de ficción al estilo norte américa, una venganza real contra “el Tío Sam”, una pesadilla por pesada cena de comida “chatarra”… Seguro las incógnitas se multiplican en la medida que se aplica un análisis lógico a los acontecimientos, investigaciones, discursos. Todo indica que la teoría de la simulación imperó en plenitud, el caos se apodera del estudio. En primera lectura se aprecian una serie de mentiras que han perdido su ilación. Los secuestradores no tienen un expediente propio de una inteligencia política a nivel de USA, la información que suministran es poca y contradictoria. La narrativa de las habilidades de los pilotos secuestradores es escalofriante, en términos mediáticos, no se puede engañar que aviones como los señalados se secuestran y se manejan como juego de computadora.

​Con qué argumentos científicos se justifica que las estructuras de 47 columnas de acero macizo se derritieron como velitas de pastorela. Las razones ocultadas de por qué se recogió con premura ese acero, pero además no dejada en USA, complican la lógica de los hechos. La película de los setentas “infierno en la torre” deja claro cómo y cuánto es el tiempo que dura un incendio. Por qué no han documentado la duración de los incendios breves de las Torres Gemelas. En las propias imágenes de dominio público se aprecia una suerte de demolición controlada, como se han presentado en otros edificios demolidos por necesidad urbana. Cómo se explican las declaraciones del alcalde R. Giuliani, quien dijo, que se le advirtió de antemano que el WTC iba a derrumbarse.

​La gira presidencial de Busch, la escuela, en términos de terrorismo la escuela era un blanco perfecto; la pasividad de las reacciones, los retrasos de los aviones de caza para el avión presidencial. En fin un “rosario” de piezas que no dan el tono del cántico. La simulación es una de las armas más poderosas de la política, la aplicación de la teoría del caos es la base de una pérdida total de la verdad. La guerra mediática mediante la cual se construye una verdad de opinión que de hecho se va forjando en verdad, es lamentable. Las dudas no se despejan, persisten y se empoderan. Cuál es la verdad de este terrible día 11 de septiembre, no lo sabemos y creo no lo sabremos.

​La política es la única arma que poseemos los ciudadanos del mundo para crear un mundo mejor. La política es diálogo, la política es comunicación. La política son las reglas del juego del futuro, esas reglas no nos hacen jugadores; las Mujeres y los Hombres hacemos el juego de la política, por ello será lo ético que queramos. No permitamos más engaños.

Por: Ignacio Ruelas Olvera